“Wind of Change” de Scorpions es tal vez una de
las canciones que más recuerdo de mi infancia. La menciono porque, la esencia
en sí de esta canción, la apuntaría de manera directa a la realidad actual del
Real ESPPOR Club, institución con la que compartí durante tres maravillosos
años.
Viví desde adentro su ascenso a Primera. Un
ascenso plagado de sueños, metas y proyectos a corto, mediano y largo plazo.
Algunos se llevaron a cabo, otros no. La voluntad siempre estuvo y ha estado,
al igual que las ganas, pero con ambas no se puede hacer mucho si el sostén
económico no hace su trabajo: sostener. En este caso, sostener un proyecto que
está en horas bajas para algunos, mientras que para otros, los que confiamos y
creemos en Ricardo González, “Mon” López y compañía, todavía tiene mucho que
dar.
No pudo Santana con su férreo carácter. Tampoco
“Chita” durante el mejor año del club. Mucho menos un López en plena
transición. De ser catalogado el equipo millonario del fútbol venezolano, el
Real ESPPOR Club pasó a ser “uno más del montón”. Los escuché decir en su
momento que el modelo merengue era el ideal, sobre todo por el concepto de
asentar unas bases futbolísticas sólidas (campeones colegiales en su primer año
de existencia y bicampeones juveniles). Hoy, los mismos que aplaudían, hacen
leña del árbol caído, quedando en evidencia. Palpable porque lo plasmaron en
papel, ése al cual podemos acudir cuando la memoria falla.
No hace falta ser el mismísimo Alexis Martín
Tamayo, alias @2010MisterChip, para sacar cuentas. Basta con revisar el
calendario desde su llegada hasta la fecha. Cuatro victorias en diecinueve
compromisos dirigidos es el saldo que ha dejado el profesor Charles López al
mando de la tropa blanca. Ya es un hecho que el oriundo del Estado Táchira
continuará al mando del ESPPOR para la próxima campaña, mientras, en casa,
algunos siguen calentando el banco de suplentes a la espera de sus
oportunidades.
El DT de ese banquillo de suplentes tiene
nombre y apellido: Francesco Stífano. Cinco títulos juveniles (dos
interregionales y tres nacionales con dos instituciones distintas) es el
palmarés de uno de esos tantos hombres de blanco ávidos de una oportunidad.
Durante la transición técnica que vivió el Carabobo hace unos meses estuvo en
agenda para asumir el banquillo granate, mas nunca se concretó una oferta
formal. ¿Ha sido considerado alguna vez para asumir en pleno la “casa blanca”,
siendo él un hombre de la casa y de la entera confianza de la directiva? Habría
que preguntarlo en Las Mercedes.
Junto a Stífano emergen nombres como el de Luis
Morgillo, Víctor García, Diego García, Christopher Rivas, entre otros campeones
nacionales Sub 20 y futuros representantes de Venezuela en la Copa
Libertadores, que están a la espera de sus respectivas oportunidades con continuidad
incluida. Una continuidad que podría beneficiar al club, no sólo en el aspecto
deportivo sino, a mediano plazo, en el aspecto económico.
Diego García llegó a estar en la órbita del
Deportivo la Coruña en determinado momento. Su poco, casi nulo historial en
Primera, desestimó la posibilidad de marcharse a Galicia. Luis Lugo, guardameta
titular blanco Sub 20, estuvo a prueba en Peñarol de Uruguay. Mismo caso, misma
causa de “fracaso”: historial en Primera nulo.
¿Cómo vender un jugador al exterior si su
historial en Primera no existe? Difícil que otros le den la confianza cuando en
casa no se la dan. Al parecer, los golpes de “Rafa” García y Gabriel Benítez pasaron
por debajo de la mesa en el entorno ibérico.
Por encima del dinero, del cochino dinero,
también radica el aspecto deportivo. La reciente historia de Bielsa y el
Athletic nos devolvió la ilusión a los románticos de que todavía algunos
futbolistas juegan por amor a la camiseta y no a la plata. Difícil en pleno
Siglo XXI, mas en un fútbol donde algunos modistas rompen el mercado con fichas
exorbitantes, dentro de un país que se cae a pedazos.
Los García, Lugo, Morgillo, “Pakos” & Co se
lo han dado TODO al ESPPOR sin devengar un centavo. ¿Se imaginan a estos mismos
“chamos” recibiendo algo de plata por hacer lo que tanto aman? Soy romántico y lo
veo: se romperán el lomo y darán más de lo que dan hoy día jugando de gratis.
Al perfecto estilo de los Iker Munian, Markel Susaeta, Javi Martínez, Ander
Herrera, Fernando Llorente y, por supuesto, nuestro Fernando Amorebieta, la Sub
20 del Real ESPPOR, jugando en Primera, defenderá la camiseta con más
compromiso y convicción de los que hoy la visten, sin importar si en su cuenta
hay ceros a la derecha o a la izquierda.
No soy dirigente, mucho menos directivo. Por
eso estoy sentado frente a una máquina haciendo lo que considero mi trabajo y
los dejaré a ustedes hacer el suyo. Hoy me quité la camisa del ESPPOR y me
enfundé más que nunca la de periodista. Si en la institución se sienten
ofendidos por esta humilde misiva, los llamo a la reflexión. Quiero al Real
ESPPOR y me duele la situación, por eso los invito a reflexionar. La solución
está en casa, por menos dinero y, apuesto, con mejores resultados. “Listening
to the wind of change…”.